martes, 22 de abril de 2014

EMPEZAMOS MAL, MUY MAL - PARTE II

(viene de aquí) Para reiniciar y cambiar de humor, recurrí a una fórmula que no me falla: negocios de recuerdos y baratijas + arte.
Primero fui a ver los puestos locales, y encontré otra ventaja de Amsterdam para quienes tenemos un gusto cuestionable: hay souvenirs pintorescos por todas partes. Fui a buscarlos.

Tulipanes en todos los formatos

lunes, 14 de abril de 2014

EMPEZAMOS MAL, MUY MAL - PARTE I

La vida de turista es dejar de lado cierta previsibilidad, aunque algo se repita invariablemente: rearmar la valija, buscar la forma de llegar a la siguiente lugar, abandonar cada tres o cuatro días una ciudad con la certeza de que quedó tanto por conocer. De modo que podría hablar de una rutina: la de despedirse.                
Me tocaba decirle adiós a Berlin, y lo hice pensando en las cosas lindas que vendrían, y no en lo que dejaba. Me hacía ilusión pensar en el próximo destino, quería sentirme animada.
Otra vez en una terminal, apuré mi cappuccino para subirme al bus que tenía un cartel luminoso que decía Amsterdam. Qué bien se sentía eso de ir hacia adelante, pero que poco iba a durar el efecto positivo. Por eso decido usar esto como lugar de catarsis y espacio anti publicitario.

Adiós Berlin...
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lunes, 25 de noviembre de 2013

BORN TO DIE IN BERLIN

Hace un par de semanas estaba en la casa de mi amiga Carolina, y leí en voz alta algunos párrafos de un libro que aún no terminé, pero me encanta. Ella hizo lo mismo cuando eligió, con mucho acierto, unos fragmentos muy interesantes.
Si algo nos gusta mucho queremos darlo a conocer para compartir el placer que nos produce: hacemos sonar canciones, recomendamos esos lugares que nos parecen imprescindibles, regalamos ese libro esencial, o como en el caso anterior, directamente lo recitamos en voz alta.

Las chicas leíamos, como en el cuadro de Breyer
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domingo, 10 de noviembre de 2013

NO LLORES, NENA

Hace algunos años me mudé a Buenos Aires, pero gran parte de mis amigos y mis lugares de siempre quedaron a cincuenta kilómetros, en la ciudad de La Plata. No es lejos, pero tampoco puedo estar ahí cada vez que quiero.
Desde entonces, elaboro teorías de baja calidad sobre la soledad, lo sobrevaluado de las actividades grupales y  los puntos fuertes de mantenerse un poco aislado.
Por supuesto que el viaje me dio mucho mas material para seguir enunciando hipótesis de validez muy cuestionable sobre el espíritu humano. 
Viajar sin compañía es mas que no tener a nadie con quien pasear: implica estar con uno mismo -obviamente- y la vida emocional también sale de excursión. Es una gran manera de conocerse, pero también de hartarse del yo.


La distancia entre mis dos lugares

jueves, 31 de octubre de 2013

LAS MEJORES COSAS

Cuando el viaje era algo que le pertenecía al futuro, todo estaba hermosamente idealizado. Pero al acercarse la fecha de partida, la mente se empezó a dispersar (¿cuándo no?) en forma de pensamientos cargados de singulares inquietudes: a equivocarme con los transportes, a no poder comunicarme, a correr peligros legales o a tener problemas de salud, especialmente a quebrarme (jamás me fracturé, pero era una imagen recurrente, no se por qué).
Lo que nunca pensé mientras me bloqueaban los temores, es que una de las mejores cosas que tendía el viaje serían las personas. Era un domingo por la mañana y tenía que encontrarme con una de ellas.


Nos encontramos en la calle Bernauer 

lunes, 21 de octubre de 2013

VIVIR CAMINANDO

Una de las pocas sugerencias concretas que me llevé de viaje, fue la de mi querida amiga Marisol, quien me hablo de unos tours, conocidos también como free walking tour.
En Praga no lo había podido hacer, pero lo tuve muy presente para Berlín. No solo estoy agradecida por el consejo, sino que es una de las cosas que recomiendo casi con fanatismo a cualquier persona, no importa la edad o el estilo de viaje que estén haciendo.
En la puerta de Brandenburgo, un grupo de hispanoparlantes nos juntamos con nuestra guía, la española Lucía, que estaba lista para llevarnos al tour del tercer reicht.

Se llevan toda la (merecida) atención
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martes, 15 de octubre de 2013

ALEMÁN: LA PRIMERA LECCIÓN

En mi lista de pre conceptos hay uno que afirma que todos los alemanes hablan bien inglés. No se dónde saqué esa idea, pero cuando le pregunté al conductor si yo estaba en el lugar correcto esperando por el bus a Berlín y me dijo que no entendía, creí que se estaba haciendo el tonto y lo tomé de forma personal.
Fue un muchacho el que me confirmó que estaba en el lugar indicado.
Se presentó como Florian, y tímidamente me habló un poco de motivo de su viaje a la capital alemana. Si bien yo no estaba con ganas de entablar conversación, lo escuché cuando me contó algo sobre estudios de arquitectura, y amablemente me recluí en mi lectura.

Siempre queda pendiente visitar algunos museos, 
como el de la higiene, una pena