lunes, 25 de noviembre de 2013

BORN TO DIE IN BERLIN

Hace un par de semanas estaba en la casa de mi amiga Carolina, y leí en voz alta algunos párrafos de un libro que aún no terminé, pero me encanta. Ella hizo lo mismo cuando eligió, con mucho acierto, unos fragmentos muy interesantes.
Si algo nos gusta mucho queremos darlo a conocer para compartir el placer que nos produce: hacemos sonar canciones, recomendamos esos lugares que nos parecen imprescindibles, regalamos ese libro esencial, o como en el caso anterior, directamente lo recitamos en voz alta.

Las chicas leíamos, como en el cuadro de Breyer
Fuente

domingo, 10 de noviembre de 2013

NO LLORES, NENA

Hace algunos años me mudé a Buenos Aires, pero gran parte de mis amigos y mis lugares de siempre quedaron a cincuenta kilómetros, en la ciudad de La Plata. No es lejos, pero tampoco puedo estar ahí cada vez que quiero.
Desde entonces, elaboro teorías de baja calidad sobre la soledad, lo sobrevaluado de las actividades grupales y  los puntos fuertes de mantenerse un poco aislado.
Por supuesto que el viaje me dio mucho mas material para seguir enunciando hipótesis de validez muy cuestionable sobre el espíritu humano. 
Viajar sin compañía es mas que no tener a nadie con quien pasear: implica estar con uno mismo -obviamente- y la vida emocional también sale de excursión. Es una gran manera de conocerse, pero también de hartarse del yo.


La distancia entre mis dos lugares