lunes, 2 de septiembre de 2013

LA PANDILLA - PARTE II

(Viene de aquí) Ante el ofrecimiento de la adorable finlandesa, -a quién recién conocía- y como era Francesco quien me había presentado a todos, le pregunté a él si estaba bien irme unos días a lo de Pilvi, o la propuesta era sólo producto del entusiasmo de un viernes por la madrugada. Él fue muy claro: "Pilvi es la mejor, si te invitó a su casa, podés ir sin problemas".
Y así lo hice. Dejé el horrible hostel "Santa Monaca", y llegué a lo de mi nueva anfitriona, que me recibió con una sonrisa y el almuerzo listo.
Acomodé las pocas pertenencias que llevaba conmigo, y, si obviamos algunos detalles, se podría decir que, técnicamente, ya estaba viviendo en Europa.


Tercer hogar fiorentino, el mejor, en la
Via Santa Reparata

Cuando uno ha pasado las últimas semanas compartiendo habitaciones de hostels con no menos de cuatro personas, la perspectiva de estar en una verdadero hogar es un alivio.
Mientras la tarde caía, la casa iba oscureciendo y con nuestras tazas de té entre las manos, hablamos de todo: familia, estudios, viajes, amor, futuro y presente.
Ahí estábamos, conociéndonos un poco mas con nuestras historias, una de cada extremo del planeta pero con miradas en común. En esos momentos el mundo se vuelve mas pequeño, las diferencias se pierden y quedan las personas que te muestran que la hospitalidad y el afecto no son una excepción.

La vista desde el departamento
Seguimos contándonos cosas mientras caminábamos para buscar a Debora y Marco, quién estuvo a cargo de nosotras, pues Francesco no estaba en la ciudad.
Con ellos vi a la Florencia de la gente joven y bulliciosa. Los fines de semana las ciudades universitarias se llenan de ruido y actividad. Nos unimos a la masa en las escalinatas de la iglesia Santa Croce, que es un concurrido punto de encuentro, y tomamos un vino que abrió Marco con un sacacorchos que llevaba en el bolsillo, sin perder nunca el estilo.

La sobremesa del domingo al mediodía
Al día siguiente compramos todo lo necesario para hacer un almuerzo de domingo, y preparamos el plan del día, que era el último para mi, y quise volver a un sitio turístico pero bellísimo, para ver por última vez a la increíble Firenze desde la altura.

Sonrisas desde lo alto
En el Piazzale Michelangelo escuchamos música en vivo, caminamos por senderos llenos de flores y bajamos a tomar un cappuccino mientras esperábamos a los chicos para seguir paseando.


Pilvi entre flores
Nos entretuvimos viendo a los turistas sacándose fotos en poses extravagantes, mi amiga finlandesa me indicó alguna particularidades de la arquitectura fiorentina y Francesco nos mostró por qué es un toscano orgulloso, empezando por el helado: nos invitó a la que, según él, es la mejor heladería de Florencia. Remarcó ésto último, y nos hizo entrar a Vívoli:


La mejor de todas
Fuente
Aquel gelato estaba muy rico, sin embargo los de las buenas heladerías argentinas me resultan mucho mas suculentos y cremosos, lo cual puedo decirlo en estas líneas, pero jamás lo hubiese comentado en esa situación. Nadie quiere contradecir a un italiano en materia gastronómica, mucho menos en calidad de visitante.
Seguimos por algunos puntos importantes, como las puertas de la casa de Dante Alighieri:


Casa di Dante

Nos indicó las marcas de la inundación de la ciudad en 1966, momento en el que fueron alrededor de dos mil personas de todo el mundo, conocidos como "Angeles del fango", a salvar a los habitantes y el patrimonio de la ciudad del lodo y el agua, que llegaron a alturas muy elevadas:


Las marcas en la pared indican la altura que alcanzo el agua
Fuente

Después pasamos por un supermercado chino a comprar Birra Moretti, y brindamos en la Piazza Santo Spirito, viendo a unos niños jugando al fútbol y fuí invitada con Negroni en su ciudad de orígen, todo hermosamente italiano, para llegar al punto final del recorrido: el duomo.

Tuvimos un guía de lujo...

Francesco describía de qué lugar del país provenían los distintos tipos de mármol que hay en esa iglesia, cómo levantaron esa increíble construcción, y nadie le quito la vista de encima:

...al que todos seguimos con atención...

...y con ganas de que nos contara todo

Y yo entendí por qué tenía sentido haber deshecho mi calendario, por qué estaría mil veces mas en esas calles y por qué me iba a costar tanto irme de ahí: tenía el corazón sobrepasado, y una parte de mí se quedaría para siempre en ese lugar: la Italia de mis abuelos, de la comida mas deliciosa, del renacimiento de la cultura occidental y por supuesto, la tierra de la mejor canción de los mundiales de fútbol, que no dejará de emocionarme nunca, y que le ha dado el título a este blog:
               







4 comentarios:

  1. Finalmente hacer algo de lo que no pensamos puede llevarnos a algunos de los mejores momentos, o por lo menos a sentirnos como en casa a un océano de distancia.
    Si mal no recuerdo, en el último mundial del helado salimos segundos o terceros, y seguramente todos los jueces eran italianos, por lo que somos campeones morales.
    Metiste un video de Italia´90 en el post y para mí es inevitable pensar porque ese mundial es tan recordado por nosotros teniendo en cuenta que perdimos la final y el nivel futbolístico fue uno de los peores de la historia. Algo de lo que vos relatas en el último párrafo es la respuesta, sumado a la gran cantidad de descendientes nostálgicos que hay en el país, y a gestos inolvidables de un grupo de jugadores que más alla de sus limitaciones técnicas tenían un gran sentido de pertenencia. Como olvidar el grito de "noooo" de Troglio a Codesal o el hdp´s de Maradona a todo el olímpico de Roma cuando silbaban el himno. Me recontra fui por las ramas, perdón.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Otro reconfortante comentario de alguien que tiene la cualidad de mencionar tantos hechos y sensaciones en tan pocas líneas -porque en realidad lo son, aunque a simple vista parezca mucho-
      No puedo agregar mucho mas sobre las injusticias del mundial de helados -ni mencionemos al del asado que se celebró hace pocos meses y gano...¡Dinamarca!- o del mismísimo Italia `90, y menos sobre tu descripción de una copa del mundo que está en el corazón de todos.

      Abrazos!

      Eliminar
  2. Birra moretti e negroni...Ho un anno di più eppure sono ancora i compagni fedeli delle mie notti fiorentine. Bellissimo questo post.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Penso che alcuni compagni sono inseparabili.
      Grazie a teFrancesco, e ai ragazzi, che mi hanno dato materiale per scrivere questo post.

      Eliminar