martes, 2 de octubre de 2012

GOOD BYE PERÓN

Ya había pasado dos noches en Venecia, y eso había sido suficiente para mí.
La mañana me encontraba como siempre: haciendo todo a último momento.
Tenía que cruzar la primera frontera internacional, no había hecho averiguaciones y no sabía como partir. 
Andrea, el dueño del hostel, solo hablaba italiano, tenía una mala conexión a internet, y su pequeña computadora era casi imposible de usar.
Sin saber a ciencia cierta cómo llegar a Austria, fui a Santa Lucía Centrale para encontrar un modo de irme.
No había nada directo desde allí a algún sitio cercano a Viena, y me sentí desconcertada. Pero entonces llegó el recuerdo.
Los argentinos crecimos escuchando las duras historias de los inmigrantes europeos que llegaron al país: no solo las de nuestras propias familias, sino las de todas las personas que conocemos.


Algunos de los italianos que llegaron a
Argentina



Desde que tengo memoria, mi abuela Olga me habla sobre su mamá, una vasca que llego de Navarra a la Patagonia argentina, y se caso con su padre, el friulano Vittorio Alba, nacido en Udine, en el límite con Austria.
Una y otra vez, de las miles de veces que llegó a mis oídos la historia, siempre se repetía el dato geográfico.
Cuando descubrí que nada me llevaba desde la estación de trenes hacia el país vecino, decidí comprar un boleto a "Udine, en el límite con Austria": la voz de mi nonna resonaba en mi cabeza, con el único nombre que conocía de una ciudad italiana donde pudiera dar el salto a Viena.
Compré el boleto, y mientras esperaba el tren para ir a la ciudad de mi bis abuelo, sucedió algo muy particular.
Me senté en un banco esperando que anunciaran mi tren, y una señora me ofrece el diario "La Nuova". 
Le doy las gracias explicándole que no hablo italiano. Conversadora y muy amable, como todos los italianos que se cruzaron en mi camino, me pregunta de dónde soy. Cuando le digo que soy argentina, me dice: "Sos argentina ¿En serio? Perón era Sardo, como yo. Soy de Sardigna"


Perón junto a Evita, saludando al popolo

Juan Domingo Perón es el líder político mas importante y polémico de la historia argentina, elegido presidente tres veces no consecutivas.
No hay nadie en el país que no sepa quien es él, pero estaba a miles de kilómetros, esperando un tren en un sitio de paso, donde nadie hablaba mi idioma, y una señora menciona ese nombre, dejándome anonadada por la referencia. 
Traté de explicarle que el hombre en cuestión nació en un pueblo de la Provincia de Buenos Aires llamado Lobos. 
Casi dos meses mas tarde, al llegar a casa busqué información y para mi sorpresa, leo que hay un mito circulando que habla de los orígenes sardos de El General.
Cuando me subí al vagón, seguía sin salir del asombro por el comentario que había hecho la señora. 
Algo me decía que cosas como esas, no sucederían en Eslovaquia. Italia no iba a dejarme ir con las manos vacías de historias.


Así se hizo el trayecto Venecia-Udine
Cuando llegué a Udine, no solo sentí algo extraño al pensar que una parte de mi provenía de esa ciudad, sino que me di cuenta que tenía un largo camino por delante.
Debía ir a una ciudad llamada Villach en bus, y de ahí un nuevo tren a Viena.



Y un día te das cuenta que un poco de tu sangre, viene
de ese lugar.

Seguro había un modo mas directo de hacer ese viaje, pero era mi primer cruce de un país a otro, y lo hice como pude. 
Ya conté mi accidentada experiencia veneciana, sin embargo no quería irme de Italia.
A medida que me acercaba a Austria, veía las nubes mas y mas espesas, el filo de las montañas, la arquitectura cambiaba y casi que podía sentir en el cuerpo la línea que dividía la reppublica de la gélida Austria.
La primera imagen que tomé lo confirma:


La vista de Villach no colaboraba demasiado
con mis impresiones


Luego de doce horas de viaje, llegué a Viena, a la medianoche. Afortunadamente el metro funciona las veinticuatro horas, y una señora ebria (pero que hablaba muy bien inglés) me indicó cómo llegar hasta mi lugar de alojamiento.
Pasada la primera noche en el hostel Ruthensteiner, la mañana austríaca se mostró tan gris y lluviosa que me provocó muchas ganas de quedarme puertas adentro, tomando cappuccinos y leyendo. 
Imposible.
Había que salir a pisar las calles y ver si era cierto todo lo que escuchamos los sudamericanos sobre el primer mundo.
Empecé mi recorrido en las puertas del parlamento, preguntándome una solo cosa ¿Cómo lustran los accesorios de los monumentos?


Shiny happy 

Era un día lleno de preguntas colmadas de agudeza e inteligencia.
La caminata me llevó a las puertas del ayuntamiento, donde había una feria con música y productos típicos, lo cual me animó un poco, porque estaba lleno de estereotipos que solo creí que pertenecían a décadas pasadas y al imaginario de las películas:



Ayuntamiento vienés: Willkommen



Señor teutón, ebrio
  

Como en un film: la auténtica abuela alpina


La comida regional, con su típica falta de encanto



El estilo vienés no me conquistaba, pero la banda
era ideal para entrar en ambiente

El resto del día fue dedicado a pensar un poco, descubrir las singularidades, escuchar los duros acentos del lugar y desencantarme un poco -cuándo no- para sacar las primeras conclusiones.











4 comentarios:

  1. Por suerte a la abuela le gustaba adornar la anécdota con referencias geográficas, no?

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    1. Somos una familia de narradores objetivos, nada de ornamentos artificiosos, lo juro.
      Sin embargo, ella jamás omite el dato cada vez que recuerda cómo es que su padre llego a Villa Regina.

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  2. Me lo dijo John Fitzgerald Quindimil en su despacho hace 15 años cuando fuimos en una excursión con el colegio, el "Pocho" nació en Roque Peréz (está unos 20 kilómetros más al sudoeste que Lobos). Debe ser la posta, "Manolo" era muy amigo de JDP y señora.
    Por lo que veo y leo noto cierto desencanto con Wien, ¿es para tanto?.

    Un beso compañera Lucía.

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    1. Querido Compañero: esto sin sus comentarios perdería la poca magia que tiene.
      Usted siempre tiene a mano algo buenísimo para intercambiar.
      Hombre de grandes opiniones, orgullo granate, la joya del conurbano.
      Y si quiere saber mas de Wien, no cambie de canal.

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